26 de agosto 2024

Empleos de la muerte. Los peligros del trabajo minero en México. Por Anagricel Camacho Bueno

Empleos de la muerte. Los peligros del trabajo minero en México.

Por Anagricel Camacho Bueno

 

El trabajo minero es una de las labores de mayor data en la historia de la humanidad, por siglos el hombre se ha introducido a las entrañas de la tierra para arrancar de ella el valioso metal: plata u oro. Aquel metal precioso con tonos hipnotizantes cautivó a las monarquías e impulsó viajes marítimos de gran envergadura, estos hombres no sólo fueron en busca de “aventuras” sino de “oro”. Cuando la primera industrialización llegó al viejo continente, las monarquías y las nacientes repúblicas, se enfocaron en otro tipo de minerales, aquellos que podían construir puentes (hierro) o aquellos que podían mover grandes aparatos de metal como trenes y barcos de vapor, el carbón. El carbón mineral, se convirtió en el nuevo oro (aunque nunca se le llamó así). Era un energético que los países en plena industrialización no podían dejar de utilizar. El carbón movió barcos, trenes, grandes industrias y con su intenso calor fundió el acero. Podríamos romantizar más la historia de ese importante mineral, pero en este texto hablaremos del lado obscuro de la minería y de lo que por siglos se ha intentado minimizar: los peligros que ocasiona el trabajo minero.

Cabe mencionar que el trabajo en las minas es un entorno hostil, difícil, peligroso y sucio. La labor resulta dura, penosa, sacrificada e ímproba, de ahí que se diga, “la mina es mala, la mina es el infierno”. El trabajo minero durante el siglo XIX y principios del XX era un espacio proclive a que el obrero sufriera de accidentes o enfermedades profesionales. Además, era uno de los oficios peor retribuidos.[1] En las minas subterráneas, en las galerías, se generan densas nubes de polvo y partículas. Falta mencionar la inmensa y muy temible oscuridad propia de todas las minas subterráneas, miles de hombres se han perdido en esas penumbras, la lámpara minera se convirtió en su herramienta vital y lo sigue siendo hoy en pleno siglo XXI, como bien dice la canción “Minero de profesión”: “Trabajando en las penumbras donde nunca llega el sol, es mi lampara mi vida, espero no se apague hoy”.[2]

Pareciera que los trabajos en el interior de mina no han evolucionado en los últimos dos siglos, pues es evidente que no hay un avance en cuanto a las medidas de seguridad e higiene, como terriblemente lo han demostrado los accidentes mineros de 1969, en Barroterán, donde murieron 156 mineros (se rescató a todos los cuerpos) y el más doloroso de todos (porque no se rescataron los cuerpos) el de 2006 en Pasta de Conchos, donde 65 mineros permanecen desde hace 18 años bajo esa negra y gran fosa común. La indignación contra la compañía Grupo México fue más punzante para las familias por la acción de la compañía de dar carpetazo al tema y construir memoriales a la heroicidad de los mineros muertos.

La idea romántica del “héroe minero”

La literatura y la filmografía han ilustrado tan sólo una pequeña parte de las labores de los trabajadores mineros, en gran parte de las obras fílmicas —basadas la mayoría en la literatura o en casos reales— se ha destacado la heroicidad de los trabajadores, su fuerza, su temple y su valentía.[3] Un ejemplo reciente es la miniserie Chernobyl (2019), en donde se narran los esfuerzos por contener y limpiar el desastre nuclear de abril de 1986.[4] En dicha miniserie se destacó el trabajo que realizaron los mineros del carbón soviéticos, quienes fueron los encargados de cavar un túnel debajo del reactor nuclear número 4 para evitar que la radiación llegara a los mantos acuíferos.

En una escena de esta miniserie, Boris Shcherdina y Valeri Lagásov, encargados del proyecto de contención, esperaban la llegada del líder minero. Boris le dice a Valeri: “¿Have you ever spent time with miners? Though my advice, tell the truth. These men work in the dark they see everything”, al llegar el líder minero con dureza y frialdad le hace preguntas a Valeri sobre el trabajo que necesitan que realicen los mineros del carbón, pero su expresión denota que sabe lo que le están pidiendo, es decir, la vida de sus compañeros trabajadores. Al final el líder minero les hace notar que entiende perfectamente y les dice que sus medidas de seguridad son ridículas, acto seguido, le arroja al escritorio la mascarilla, asegurando que si eso funcionara la utilizarían ellos mismos. En la miniserie Chernobyl se le tildó de héroe al minero (en ese caso lo fue) pues se le envío a la mina sin protección, con pocas herramientas de trabajo y (lo más importante) sin el conocimiento del riesgo que corrían (radiación). Es decir, se les envío a morir pues la zona objetivo se encontraba a 12 metros bajo el núcleo del reactor, nadie más podía hacer esa labor ya que las máquinas eran muy grandes para entrar a los túneles, por lo tanto, el trabajo se tuvo que realizar a mano y los trabajadores mineros del carbón fueron los ideales para el cargo. Al ser una miniserie de corte histórico, recibió críticas positivas y negativas, pese a eso, un exminero de Tula, en Rusia, y sobreviviente de los trabajos en Chernobyl, llamado Vladímir Naúmov afirmó: “Siempre se lo digo a los chicos: ustedes son héroes. Siéntanse libres de hablar de ello. No todos están destinados a hacer esto en la vida”.[5]

La palabra héroe significa que una persona realiza una acción abnegada en beneficio de una causa noble. A los héroes se les asocia por sus hazañas o virtudes, entre esas “virtudes” destaca la valentía. En la literartura, los personajes destacados actúan de manera valerosa y arriesgada. Los héroes, entonces, se convierten en objetos de admiración, su sinónimo es la palabra “superhombre” y se les relaciona con la fuerza. ¿Son los mineros trabajadores “héroes” porque aceptan el riesgo de trabajo y laboran por el sustento de sus familias?, o ¿es una justificación de las compañías mineras, utilizada frecuentemente con el fin de calmar los ánimos de las familias mineras, y han utilizado ese término para no hacerse responsables de las condiciones de seguridad e higiene en las minas?

El primer ejemplo de los riegos del trabajo minero lo dio la literatura del siglo XIX donde se destacaron con cierta agudeza los accidentes de trabajo en las minas, y en algunos textos se pueden leer pequeñas descripciones de las enfermedades que provocaba el trabajo minero, tal es el caso de la novela de Émile Zola, Germinal (1885), donde se narra la historia de un maquinista desempleado que, buscando trabajo, llega a un pueblo minero (de carbón) en Francia. Todos los habitantes viven, trabajan y mueren en torno a la mina La Voreaux. El autor enfatiza la vida y el desgaste de los cuerpos de los mineros, los salarios son precarios, las condiciones de trabajo son deplorables y los riesgos en la mina una constante que atenta contra la vida de los trabajadores. Causas que motivan una huelga con fatales consecuencias para los mineros.[6]

En el caso de México se pueden destacar en la literatura Las minas y los mineros y la novela Los maduros de Pablo Castera (1846-1906),[7] ingeniero minero y poeta. En sus trabajos, Castera describe escenas de la vida cotidiana en los centros mineros de finales del siglo XIX y los peligros que los hombres sorteaban en las labores. Castera también destacó la valentía del minero mexicano y la romantizó de la siguiente manera:

Diego era un joven minero que llevaba algunos años de luchar con la fortuna y que a fuerza de trabajo ha logrado ganarse una posición modesta […] altivo por carácter, cifra su orgullo por creerse valiente y algunas veces lo ha probado en su vida […] cuantas veces se me ha ocurrido interrogarle el porqué de su afición minera, tantas me han contestado: ¡Para batirme con los cerros![8]

Este autor del siglo XIX visitó gran parte de las minas mexicanas y escribió sus experiencias con los trabajadores, los paisajes, sus aventuras, de una manera poética y hasta de hazaña heroica. Para Castera los mineros mexicanos llegaban a sus casas en estado físico lastimoso, pero “con la mayor energía moral”, pese al arduo y fatigoso trabajo que realizaban en las entrañas de la tierra. Su vida y su muerte era romantizada[9] por el autor.

La realidad del trabajo minero en México a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX impulsó varios movimientos obreros con el fin de que las condiciones del trabajo mejoraran. Exigieron que las compañías se responsabilizaran de la seguridad y salud de los mineros que trabajaran para ellas.[10] Los mineros reconocen su heroicidad en el sentido de haber luchado por la mejora de las condiciones de trabajo y en las indemnizaciones por accidente y enfermedad profesional. Como recuerdan cada que conmemoran a los Mártires de Cananea de 1906 a quienes llaman y reconocen como “héroes del trabajo” pues se enfrentaron a las armas y fueron acribillados por luchar por los derechos laborales.[11] Desde 1943, los mineros ya habían logrado algunos avances en el mejoramiento de las condiciones de trabajo y la protección de su salud. Sin embargo, la seguridad industrial para ellos siempre fue un terreno de batalla, en sus diarios obreros siempre insistían en que la prioridad en las minas debía ser la prevención de accidentes de trabajo y reconocían que no sólo era responsabilidad de ellos cuidarse a sí mismos, sino que también en gran parte era obligación de la empresa cuidarlos por medio de su departamento de seguridad industrial.[12]

La valentía y el gusto por las aventuras en las minas no es más que una visión que no era compartida por los trabajadores mineros, gran parte de ellos había entrado a laborar en las minas por necesidad, por no haber otras fuentes mejores de trabajo o simplemente por no estar debidamente capacitados para trabajos mejores. Por lo tanto, se resignaban a trabajar en las “profundidades terrenas”. En realidad, eran (y son) hombres destinados a confinarse voluntariamente en lugares insalubres e inhóspitos.[13] Hallaron en el trabajo en las minas una fuente de empleo y en algunos casos obtuvieron prestaciones para sus familias. Porque como bien reconoció, en 1945, el órgano oficial de La Sección 65 del sindicato minero en Cananea: “Maldita la gracia que le hará a nadie llevar vida tan arriesgada”.

Homicidio industrial. Los historiales de muerte en el trabajo minero

En un artículo para La Jornada, el 9 de mayo del 2019, Napoleón Gómez Urrutia, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores, Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos de la República Mexicana (SNTMMSRM), señaló a Grupo México y a German Larrea como los responsables de haber dejado abandonados a su suerte a 65 trabajadores mineros en Pasta de Conchos y haber cometido un homicidio industrial. El homicidio industrial es entendido como el asesinato o lesiones industriales provocadas por empresarios, líderes sindicales o autoridades laborales. Pablo Hernández Franco, miembro de la Comisión Especial de la mina Pasta de Conchos, expuso como negligencia criminal el hecho de que hoy en día las autoridades laborales ya no consideran necesario vigilar ocularmente la situación de seguridad e higiene en las empresas de México, “se hacen entrevistas al patrón por internet, ya no hacen visitas directas ni preguntan a los trabajadores”.[14]

Lo anterior cobra sentido al hacer el recuento de las muertes acontecidas en el trabajo minero, por ejemplo: en una investigación sobre los accidentes mineros en datos, se destacó que el trabajo en las minas mexicanas era (y sigue siendo) un trabajo de alto riesgo. Tan sólo durante el porfiriato destacaron aproximadamente 2 293 muertes por accidente. Pese a los avances que se lograron en materia de salud y seguridad industrial, gracias a la lucha de los mineros, a partir de 1934, estos censos comenzaron a descender.

Sin embargo, los accidentes seguían ocurriendo y se llevaron muchas vidas en el trascurso de las décadas siguientes. Por ejemplo, en 1939 fueron 83, en 1953 fueron 24 mineros, en 1969 en Barroterán ocurrieron 156 muertes. Este último accidente recorrió el mundo por la cantidad de mineros perdidos bajo tierra, la compañía pudo rescatar los cuerpos y para calmar a las familias se les concedió un memorial con una imagen patriótica y emotiva.

El caso de Barroterán fue muy denunciado, pues sólo unos cuantos familiares pudieron cobrar sus indemnizaciones y otros perdieron hasta sus casas. Cabe señalar que el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz ya había publicado en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de Seguridad en los Trabajos en las Minas (1967), que en teoría sería el documento con el que se regirían las compañías para procurar la salud y proteger la vida de los trabajadores mineros.[15] Sin embargo, pese a los reglamentos y las leyes, los accidentes siguieron ocurriendo, por ejemplo, en 1973 se sumaron 47 muertes, en 1976 otras 26 muertes y para 1988 ocurrieron 37 muertes. Pero la muestra evidente del descuido de la vigilancia de las condiciones de seguridad por parte de las autoridades del trabajo en México, fue la que se presentó en el 2006 con la explosión en la mina de carbón de Pasta de Conchos, que provocó la muerte de 65 mineros.[16]

El 19 de febrero del 2006, 65 mineros quedaron sepultados a 400 metros de profundidad y dentro de un túnel de 1.6 km. Después de 5 días de búsqueda, Grupo México declaró a los trabajadores muertos (sin haber instalado un equipo de monitoreo que permitiera una ubicación precisa), su decisión estuvo basada (supuestamente) en un informe técnico que señaló que no había posibilidad de encontrar los restos tras una explosión de metano. Entonces la compañía ya no buscó más los cuerpos.

Muchas son las versiones de ese fatal accidente, la compañía argumentó una explosión a causa de una bolsa de gas que sale del subsuelo al momento de la extracción del carbón y como consecuencia la temperatura subió a 900 grados centígrados. No obstante, las necropsias a los dos cuerpos (únicos) que se rescataron mostraban que su muerte había sido provocada por asfixia y no por intoxicación. Los familiares insistían en que no había sido una explosión, y exigieron el rescate de los cuerpos, pero Grupo México, las autoridades del trabajo y el entonces presidente de México, Felipe Calderón, cerraron el caso y no se volvió a hacer nada por las familias mineras de Pasta de Conchos. [17]

El 18 de junio del 2007 el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SNTMMSRM envió al entonces secretario del Trabajo y Previsión Social, el Lic. Javier Lozano Alarcón, un oficio exigiendo investigar y proceder en contra de Grupo México de Germán Larrea Mota Velasco. En el documento denunciaban que la compañía había violado los contratos colectivos de trabajo (CCT) y había obligado a sus trabajadores a laborar en condiciones mínimas de seguridad, higiene, contaminación y en condiciones de alto riesgo. Insistieron en que los mineros que laboraban para esta compañía estaban en peligro constante de muerte ya que “la falta de seguridad en las minas, plantas y fundiciones de Grupo México ha propiciado accidentes de trabajo, dando como resultado más de 70 muertos y mutilaciones registradas en los últimos quince meses. Situación que puede derivar en otra tragedia peor que lo de la mina número 8 en Pasta de Conchos, son los propios trabajadores mineros quienes se han encargado de denunciar la existencia de estos empleos de la muerte”.[18]

Los “empleos de la muerte”, así tildados por el CEN del SNTMMSRM, no eran otra cosa que los centros laborales en donde no había condiciones de seguridad y que estaban provocando un aumento en la cantidad de accidentes fatales y los no fatales, es decir, un aumento también en los accidentes que provocan la mutilación del cuerpo del minero. Se había solicitado que la compañía evaluara la situación de riesgo y tomara medidas de seguridad en los procesos mineros con el fin de evitar más accidentes, pero el CEN había recibido de Grupo México poco interés a sus solicitudes demostrando: “prepotencia y negligencia de la parte empresarial, comprobándose que poco les importa la vida de los mineros”. El sindicato minero enfatizó que lo que había pasado en Pasta de Conchos había sido un “homicidio industrial” y ese era el único factor al que los mineros le temían verdaderamente.

En 2019, Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, se comprometió con las familias de Pasta de Conchos a recuperar los cuerpos de los 65 mineros y se conformó un grupo de expertos de México, Alemania, China, E.U.A. y Australia quienes aprobaron la viabilidad del rescate. El 12 de junio de 2024, y después de 18 años de la tragedia, la noticia de que se habían hallado 13 cuerpos de los 65 que se encontraban bajo tierra y carbón se difundió por todo el país y fue una noticia que conmovió a México.[19] Entonces las preguntas se intensificaron y se concentraron en: ¿Fue o no una explosión? ¿Entonces, sí se podía rescatar a los mineros y Grupo México por ahorrarse unos millones no lo hizo? ¿Los dejó en la obscuridad a morir lentamente? ¿Por qué no hubo presión por parte de las autoridades del trabajo a Grupo México? ¿Por qué el sindicato no fue el que presentó el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos?

La solución de las empresas mineras fue hacer un ilustre memorial para los “héroes mineros”, ejemplo de esto es el que construyó la Compañía Minera de Guadalupe en 1969, en donde puede verse una estatua de una mujer (que simboliza a la Madre Patria) que sostiene a un minero muerto y a los pies una transcripción que dice “Hijo caíste cumpliendo tu deber”, en un costado de la base de aquel monumento, los nombres y apellidos de los fallecidos; trabajadores de confianza y obreros. Estos memoriales han sido instalados ante la indignación y la impotencia de las familias, cerca de las minas o bien en los pueblos cercanos a éstas. Para las familias mineras de nada sirven los memoriales y laminillas de bronce que preconizan los dotes de la heroicidad y el valor del minero.[20]

El 14 de junio de 2024, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) cumplió con el compromiso acordado con las familias de los mineros de Pasta de Conchos, construyó cuatro obras de desarrollo urbano y 65 viviendas en Múzquiz y San Juan de Sabinas, en cada una de estas obras se colocó una placa con un mensaje de memoria a las víctimas de la tragedia, con el fin —según SEDATU— de “mantener la conciencia de la necesidad de garantizar seguridad en las minas y evitar una tragedia similar en el futuro”.[21] Dicha acción no enfatiza el verdadero problema: ¿de qué sirven las placas con mensajes emotivos si las autoridades del trabajo mexicanas no vigilan las condiciones de seguridad y no sancionan a las compañías que no se responsabilizan de la seguridad y la salud de sus trabajadores?

Parece que en pleno siglo XXI laborar para una compañía minera en México te convierte, en consecuencia, en un “verdadero héroe” pues, en efecto, sólo un héroe arriesga su vida, sólo un verdadero valiente labora en una mina sin condiciones de seguridad e higiene. Entonces se puede ver con dolor una realidad perturbadora del trabajo en las minas mexicanas, que siguen siendo empleos de la muerte.

Bibliografía

Camacho Bueno, Anagricel. Legado minero. La salud en México hasta la creación del IMSS (1934-1943), México, Libros del Alicate, 2022.

Castera, Pedro. Las minas y los mineros, México, UNAM, 1987

Castera, Pedro. Los maduros, México, UNAM, 2023.

Sánchez Fernández, Juan Olivier. Trabajo, política e ideología en una cuenca minera, Madrid, Siglo XXI, 2004.

Zola, Émile, Germinal (1885), muchas ediciones.

Hemerografía

Diario Oficial de la Federación (DOF)

1906 Semanario

Fuentes

Oficio del CEN del SNTMMSRM dirigido a Lic. Javier Lozano Alarcón del STPS el 18 de junio de 2007.

En línea

https://latamnews.lat/20190612/minero-ruso-cuestiona-la-veracidad-de-la-serie-chernobyl-de-hbo-1087597812.html

https://www.jornada.com.mx/2019/05/09/opinion/014a1pol

https://www.frecuencialaboral.com/industrial.html

https://contralacorrupcion.mx/accidentes-mineros-en-datos/

https://politica.expansion.mx/mexico/2022/08/09/accidentes-mineros-en-mexico

https://elpais.com/mexico/2022-08-15/barroteran-el-pueblo-minero-que-se-convirtio-en-cementerio.html

https://mimexicolate.gob.mx/tag/pasta-de-conchos/

NOTAS 

[1] Juan Olivier Sánchez Fernández, Trabajo, política e ideología en una cuenca minera, Madrid, Siglo XXI, 2004, pp. 66-67.

[2] Canción del grupo Ajuste del Real (2020), que narra las labores de los mineros. Es esta canción también se destaca la labor generacional “familias mineras” y enfatiza que es una labor que requiere de mucha valentía.

[3] La película Germinal (1995) dirigida por Claude Berri (basada en la novela de Émile Zola). Recientemente el filme Los 33 (2015), película dirigida por Patricia Riggen (mexicana), en donde se narra el caso de los 33 mineros que quedaron enterrados con vida tras la explosión y derrumbe en una mina de oro y cobre, al norte de Chile, ocurrido el 5 de agosto del 2010.

[4] La miniserie Chernobyl creada por Craing Mazin y dirigida por Johan Renck fue estrenada el 20 de mayo de 2019 por HBO en EUA y SKY en Reino Unido.

[5] En línea, consultado 15 de junio 2024, <https://latamnews.lat/20190612/minero-ruso-cuestiona-la-veracidad-de-la-serie-chernobyl-de-hbo-1087597812.html>.

[6] Las escenas de Zola están inspiradas en los movimientos obreros de su época. Cabe señalar que el autor destaca también la importancia de la familias mineras, generaciones de hombres y mujeres que siempre se habían dedicado al sector.

[7] Pedro Castera fue minero de profesión, soldado, inventor, científico, espiritista, médium, periodista, poeta, novelista y cuentista. Destacó por su novela Carmen (1882). Entre sus contemporáneos se encuentran personalidades como Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto, Juan A. Mateos, entre otros, con los que compartió actividades periodísticas y literarias. Dulce María Adame González, “Introducción”, en Pedro Castera, Los maduros, México, UNAM, 2023.

[8] Pedro Castera, Las minas y los mineros, México, UNAM, 1987, p.53.

[9] Para este texto, el término romantizar será utilizado como la acción de dar a algo un carácter romántico: romantizar el desencanto. En línea, consultado el 5 de julio de 2024, <dem.colmex.mx>.

[10] Anagricel Camacho Bueno, Legado minero. La salud en México hasta la creación del IMSS (1934-1943), México, Libros del Alicate, 2022.

[11] 1906 Semanario, 3 de junio de 1943, p. 1

[12] 1906 Semanario, 13 de mayo de 1943, pp. 1 y 4.

[13] 1906 Semanario,20 de noviembre de 1945, pp. 2 y 4.

[14] En línea, consultado el 15 de junio 2024, <https://www.jornada.com.mx/2019/05/09/opinion/014a1pol>, véase también María de Lourdes Martínez González, “Piden crear delito de homicidio industrial”, en línea, consultado el 15 de junio de 2024, <https://www.frecuencialaboral.com/industrial.html>.

[15] DOF, 13 de marzo de 1967.

[16] En línea, consultado el 15 de junio de 2024, <https://contralacorrupcion.mx/accidentes-mineros-en-datos/>.

 [17] En línea, consultado el 15 de junio de 2024, <https://politica.expansion.mx/mexico/2022/08/09/accidentes-mineros-en-mexico>.

[18] Oficio del CEN del SNTMMSRM dirigido a Lic. Javier Lozano Alarcón del STPS el 18 de junio de 2007.

[19] En línea, consultado el 15 de junio 2024, <https://www.forbes.com.mx/encuentran-restos-de-mineros-atrapados-en-pasta-de-conchos-tras-18-anos/>.

[20]En línea, consultado el 20 de marzo 2024, <https://elpais.com/mexico/2022-08-15/barroteran-el-pueblo-minero-que-se-convirtio-en-cementerio.html>.

[21]En línea, consultado el 15 de junio 2024, <https://mimexicolate.gob.mx/tag/pasta-de-conchos/>.

* Anagricel Camacho: Candidata a Doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM). Su campo de conocimiento es la historia contemporánea, su línea de especialización es la historia social con énfasis en la historia de la medicina del trabajo, políticas públicas de salud y seguridad social.